MaribelAguilar
viernes, 2 de septiembre de 2022
CARRUSEL DE PROYECTOS 2022
“El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de
reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la
piedra angular de la inteligencia emocional”.
martes, 7 de junio de 2022
REGRESO A CLASES 2022
De Nuevo a la Presencialidad Total, un gran reto
REGRESO A
LA ESCUELA
¡Qué contento me siento al regreso!,
donde amigos felices me esperan:
compañeros del aula y maestros,
cuando vuelvo otra vez a mi escuela.
Atrás quedan dichosos recuerdos,
vacaciones de andanzas y fiestas.
Ahora vuelvo a los libros, sediento
de querer aprender lo que encierran.
En la escuela se goza y se aprende.
Y en los libros está la riqueza
con que nutre el maestro mi mente,
con afecto, bondad y nobleza.
martes, 24 de marzo de 2020
TALLER GRADO QUINTO
Espero que estén aprovechando este tiempo de calma en casa para compartir en familia y cuidarse mucho.
Les dejo este taller para quienes puedan imprimirlo lo resuelvan en hojas de block.
Opinar es algo que
realizas a diario cuando te comunicas. Por ejemplo, opinas sobre lo que te
gusta y lo que no, sobre lo que piensas y lo que crees. Sin embargo, expresar
una buena opinión no es tan fácil como parece.
Observa los siguientes
videos antes de realizar la actividad
Les dejo este taller para quienes puedan imprimirlo lo resuelvan en hojas de block.
ESPAÑOL GRADO QUINTO
¿Cómo
escribir un texto argumentativo?
Ejemplo de un
texto argumentativo:
¿Ver televisión o leer
un libro?
Existe una
gran diferencia entre ver un programa de televisión y leer un libro,
especialmente con respecto al papel que juega la imaginación en cada una de las
dos actividades. Por ejemplo, cuando se ve un programa de televisión, las
imágenes y los sonidos se encargan de crear el ambiente y contar la historia,
por lo tanto, se exige poco a la imaginación. En cambio, cuando se lee un libro
ocurre lo contrario. El libro requiere que la persona que lo lee participe de
la construcción de la historia a partir de su imaginación. Cuando alguien lee
un libro, crea a los personajes en su mente, escucha sus voces e imagina los
lugares en donde ocurre la historia, y todo eso lo logra gracias a su
imaginación. Entre más potente sea la imaginación, más increíble será lo que
construye en su cabeza a partir de las palabras que lee. Por lo tanto, ver
televisión y leer un libro son dos actividades completamente diferentes que
jamás se podrán comparar.
A partir del
texto contesta:
1.
¿Prefieres
ver televisión o leer un libro? Escribe las razones que justifiquen tu opinión.
2.
¿Qué
le dirías a una persona para convencerla de que lea un libro en lugar de ver televisión?
Escribe 5 razones
3.
Elije
un tema de tu interés y escribe un texto argumentativo, teniendo en cuenta los vídeos observados.
Lee el cuento y, con
base a él, contesta las siguientes preguntas:
— No puedo –le dije— ¡NO
PUEDO!
— ¿Seguro? –me preguntó
el gordo.
— Sí, nada me gustaría
más que poder sentarme frente a ella y decirle lo que siento... pero sé que no
puedo.
El gordo se sentó a lo
Buda en esos horribles sillones azules de consultorio, se sonrió, me miró a los
ojos y bajando la voz (cosa que hacía cada vez que quería ser escuchado
atentamente), me dijo:
— ¿Me permites que te
cuente algo?
Y mi silencio fue
suficiente respuesta.
Jorge empezó a contar:
Cuando yo era chico me
encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.
También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el
elefante.
Durante la función, la
enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero
después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el
elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus
patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca
era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la
tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese
animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con
facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente:
¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o
seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté
entonces a algún maestro, a algún padre, o a alguna tía por el misterio del
elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque
estaba amaestrado. — Hice entonces la pregunta obvia:
— Si está amaestrado
¿por qué lo encadenan?
No recuerdo haber
recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del
elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que
también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años
descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para
encontrar la respuesta:
El elefante del circo no
escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos y me
imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en
aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar
de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también
al otro y al que le seguía...
Hasta que un día, un
terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su
destino.
Este elefante enorme y
poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre— que NO PUEDE. Él
tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió
poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar
seriamente ese registro.
Jamás... jamás...
intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
—Y así es, Damián. Todos
somos un poco como ese elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos
de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas “no
podemos” simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna
vez, probamos y no pudimos.
Hicimos, entonces, lo
del elefante: grabamos en nuestro recuerdo:
NO PUEDO... NO PUEDO Y
NUNCA PODRÉ
Hemos crecido portando
ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a
intentar. Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar
las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma:
¡NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ!
Jorge hizo una larga
pausa; luego se acercó, se sentó en el suelo frente a mí y siguió:
Esto es lo que te pasa,
Damián, vives condicionado por el recuerdo de que otro
Damián, que ya no es, no
pudo. Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento
todo tu corazón...
...TODO TU CORAZON
Jorge Bucay
4.
¿Cuál
de los siguientes títulos es más adecuado para el cuento anterior?
ü No Puedo... No Puedo y Nunca Podré
ü El Elefante Encadenado
ü El Buda Gordo
ü El Misterio del Circo
5. ¿Por qué el elefante del cuento no
podía ser libre?
6. Señala en el cuento con color rojo los
sustantivos, con azul los verdes, con amarillo los adjetivos y con café los
artículos.
7.
¿Cuál
es la moraleja del cuento?
Lee nuevamente la
siguiente parte del texto:
Pregunté entonces a
algún maestro, a algún padre, o a alguna tía por el misterio del elefante.
8.
¿En
cuál de las siguientes oraciones las comas cumplen la misma función que en el
párrafo anterior?
A.
El
gordo se sentó a lo Buda en esos horribles sillones azules de consultorio, se
sonrió, me miró a los ojos y bajando la voz me dijo:
B.
También
a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante
C.
Sin
embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera
D.
El
yogurt contiene vitaminas, calcio, minerales y fósforo
9.
Representa
con un dibujo el cuento
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